Aprendí a caminar entre gigantes de espesos cabellos.
Fui guiado por una voz femenina tintada en miel.
Nunca tuve un escaléxtric.
Participé del amor
y de las flores sin pulso
que crecen en su jardín.
Participé del amor.
Las raíces que he alimentado
nunca han conocido las firmes profundidades.
Comprendí que la soledad,
ceniza posada después de una fiesta,
forma, también, parte de la vida.
«ceniza posada después de una fiesta»
Genial.
Un abrazo.